bolero

NOSOLOHARDROCK: "Cuando el Ilegal se convirtió en Magnífico"

12:28



Texto: Rose Stone
Fotos: Juan Antonio Gamez

Vale, voy a empezar. Hace tres viernes, (fue viernes?), si, el viernes, fuimos a la Sala Malandar, bueno, que ahora es el Luxuriaconvertido en un disco-pub-bardeencuentro para el ambiente gay.

Un pequeño paréntesis aquí. Conozco esta sala desde que era Salamandra, ya hace años de esto, y jamás imaginé verla como la veo ahora. Cuando pasabas por delante de esta sala, lo que siempre veía era mucho humo de cigarros, camisetas negras, rastas y, en el caso de que actuasen The Vagos (ese Charly....) guiris borrachas y consoladores rulando (al estilo black-morcon) y alguna que otra margarita en el pelo, por aquello de acompañar al grupo en su estética hippie de los 60.

Era un sitio para escuchar música en directo....que bares de copas ya hay a patadas... bueno, que me enrollo, el caso es que el viernes, cuando llegamos la sala, había una alfombra roja en la entrada y un mastodonte con traje en la puerta, con cara de mala hostia, la verdad, pidiendo las entradas, como si estuviéramos en el Pacha. Quien lo ha visto y quien lo ve.


El concierto de esa noche era de Jorge Ilegal y los Magníficos. El mastodonte de la puerta, sobraba, si hubiera habido algún altercado, ya lo hubiera arreglado el animal de Jorge.

Vale, reconozco que cuando entramos y los vi encima del escenario (el concierto ya había empezado) puse cara de ¿EIN?. No era un grupo, era una orquesta de las que tocaban en los 40 y 50 en las fiestas de los pueblos. Esto lo sé por referencias y por lo que he leído, en esos años no andaba yo por estos mundos. Perfectamente trajeados y encorbatados. Cada uno de ellos ocupando una posición en el escenario. Elegantes. Sin estridencias. Tocando melodías como el cha-cha-cha y el bolero.

Hombre, tiene su gracia escuchar las letras de las canciones de Jorge, imponente con ese cuerpo y esa pinta, a ritmo de paso-doble. Hasta se atrevió a cantar canciones románticas italianas, con mucha dignidad. Me gustó. No resultaba ridículo. Fue un concierto serio para divertirse, para bailar “agarrao”, sonaba estupendamente bien, era como si estuvieras en una de esas películas americanas de los 50, donde ibas a las fiestas y el conjunto que tocaba ayudaba a los chicos a cortejarte...me pareció muy divertido y entrañable. Cuando voy a esta sala, siempre hago lo mismo, me dirijo directamente con una Heineken en la mano a los sofás que hay en uno de los laterales, y veo los conciertos como si viera una película. 

El grupo y su público son los actores, y así vi este también. Hay que tener en cuenta que, por desgracia, no suele llenarse la sala, así que es bastante fácil poder ver cualquier concierto desde el sofá tranquilamente, y en esta ocasión, en la sala había muy poca gente. Desde mi perspectiva, a la izquierda tenía a Los Magníficos, a la derecha a los fans de Ilegales, y uniéndolo todo, Jorge. No pegaba nada, pero lo mas gracioso es que no chirriaba, se fue mezclando todo con mucha armonía. A la izquierda Jorge soltaba de vez en cuando un “hijos de puta” con la contundencia que da el acento Avilés, eso si, con un traje de perfecto corte, mientras a la derecha el público de camisetas negras bailaba el twist. Para partirse.

En ningún momento del concierto se perdió el puntito canalla y gamberro que todos esperábamos, tampoco es plan de hacer desaparecer algo que ha hecho famoso, pero tengo que reconocer que los “cabrones” que soltaba de vez en cuando, sonaban hasta refinados, se podrían decir en una recepción de algún consulado y parecer absolutamente correcto. Qué cosas!!

En conclusión, que a mi la peli me gustó. Y por lo que pude comprobar, los fans de los Ilegales se lo pasaron pipa con los Magníficos. Volveré a repetir.

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