1975

LA INVASIÓN DE LA COCHAMBRE

9:21


En la primavera de 1975 en un mesón del centro de Burgos se gestó el primer festival de rock de nuestro país. La idea, que el manager José Luis Fernández de Córdoba planteó en esa reunión con el concejal de festejos del ayuntamiento, era celebrar una especie de Woodstock a la española  coincidiendo con las fiestas de San Pedro. Sobre la mesa puso el apoyo con el que contaba desde Barcelona de la revista Popular 1 y su director José Luis Martín Frías, que aseguraba la presencia de lo mejor del rock progresivo catalán, y desde Madrid y Andalucía de la discográfica Gong de los hermanos García Pelayo, que tenían en sus filas a los mejores grupos de rock del momento. Además, la implicación en el proyecto de periodistas musicales burgaleses como Carlos Tena y Diego Manrique, garantizaba una difusión nacional del evento que arrastraría a muchos jóvenes de toda España a pasar ese fin de semana en la ciudad con los beneficios económicos que eso conllevaría

La propuesta debió convencer al concejal, ya que dejó la plaza de toros y concedió una subvención de 2.300.000 pesetas, pero no a la prensa local que desde que la noticia se hizo pública se manifestó abiertamente en contra de su celebración. Como ejemplo, el mismo día del concierto La Voz de Castilla titulaba en su portada: "La invasión de la cochambre: A Burgos le ha cambiado la cara, ahora tiene legañas". Pero no se quedaron ahí ya que en páginas interiores, entre otras lindeces, justificaban de antemano al servicio de limpieza si por error se llevaba a alguno de los melenudos que iban a tomar esa jornada las calles.

A las doce de la mañana del sábado 5 de julio de 1975 se subió el telón de las “Primeras 15 horas de Música Pop Ciudad de Burgos” y de inmediato aparecieron los problemas. La noche anterior no se había podido terminar de sonorizar el espectáculo, así que se tuvo que hacer mientras tocaban Hilario CamachoAlcatraz,Tilburi y Falcons, a los que apenas se les pudo escuchar. La cosa mejoró un poco según avanzaba el día, pero en general fueron pocas las actuaciones que disfrutaron de un buen sonido. El calor de la tarde y el frio de la noche tampoco ayudaron a que el público se sintiese en ningún momento del todo a gusto, por lo que no es de extrañar que cuando a las tres de la madrugada Triana se subieron al escenario la plaza de toros estuviera prácticamente vacía.Eran las estrellas del festival y las circunstancias les dejaron en un segundo plano hasta el punto que el organizador cortó la luz sin que hubiesen terminado su actuación alegando que se había superado el horario del permiso municipal. Además de los ya mencionados el cartel se completaba con StormEduardo Bort, laOrquesta MirasolGranada, John CampbellGualberto y Tartessos a los que hay que sumar a los grandes triunfadores del festival que junto los STORM fueron unos imberbes Burning en una de sus primeras grandes actuaciones, BloqueIcebergEva Rock y Compañía Eléctrica Dharma.
La invasión de vándalos, finalmente, no causo los problemas que los pájaros de mal agüero habían vaticinado y apenas 4.000 espectadores se acercaron al concierto. En lo económico fue un desastre y las críticas, aunque en general no hicieron sangre, fueron bastante tibias y resaltaron la baja afluencia. “El rock español aún no tiene poder de convocatoria” destacó Diego Manrique y, aunque ahora somos el país con más festivales del mundo por metro cuadrado y evidentemente las cosas han cambiado, no está de más recordar a esos locos que hace casi cuarenta años tuvieron un sueño y dieron ese primer paso…


Por Antonio Pulido Serrano

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1 comentarios

  1. No fue el primero ni siquiera el segundo. Antes hubo en Canarias "Festival de Moya" en 1970. En Granollers en 1971 y algunos más.

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